El ex piloto Giuseppe Patoni y el ingeniero Lino Tonti (el creador de los fabulosos chasis Guzzi que llevan su mismo nombre), fundaron Paton a finales de los 50, cuando la marca Mondial decidió cerrar su departamento de competición, y ambos decidieron cambiar su liquidación por todo el material de carreras que la firma italiana tuviera en sus estanterías.

Actualmente, algo más de seis décadas después de su fundación, Paton ya no solo es una marca enfocada en la producción de motos de competición, sino que también llevan unos años fabricando modelos de calle tan exóticos como la S1-R Lightweight. Una deportiva que llega al mercado avalada por sus aplastantes triunfos en la categoría Lightweight del TT de la Isla de Man de 2017 con el piloto Michael Rutter a sus mandos, y de 2018, donde Michael Dunlop gana su 18º TT, y Paton coloca 5 de sus «Super-Twin» (motos de menos de 650cc) en los 6 primeros puestos.

“La S1-R Lighweight de calle declara 72,1 Cv de potencia a 8.500 rpm. Una cifra que no es para tirar cohetes, pero que con un peso total de 165Kg hacen de esta Paton una moto muy especial”

La versión de calle de la S1-R Lighweight está equipada con un chasis multitubular de tubos de acero, y componentes dignos de una “pata negra de carreras”, entre los que no faltan una horquilla Öhlins y monoamortiguador trasero TTX30 del mismo fabricante. El equipo de frenada, como no podía ser de otra forma, consta de pinzas y bombas Brembo radiales, y los mismos discos TK de 295 mm que se usan en Moto2, montados en llantas OZ Racing Piega de aluminio forjado con neumáticos en medias 120/70 delante y 180/55 detrás, mientras que a nivel mecánico, está propulsada por el bicilíndrico paralelo de 649 cc de la Kawasaki ER6, que aunque en la versión de calle apenas tiene más preparación que el escape de titanio fabricado por SC-Project, declara 72,1 Cv a 8.500 rpm.

Una cifra que en principio no parecen para tirar cohetes, pero que con un peso total de 165Kg en seco hacen de la S1-R Lightweight una máquina realmente especial a la que solo se le puede poner una pega… Que los 24.000€ (más impuestos) que cuesta, la dejan fuera del alcance de la mayoría de los mortales. Y eso si nos atenemos al modelo base, porque el precio se puede disparar en función de los “extras” que queramos añadir a nuestro juguete, que la situaría al nivel de máquinas tan eficaces como la Ducati Panigale V4 o la Yamaha R1M, que quizás no superen a la S1-R Lightweight en exotismo, pero si en prestaciones.

Share This